¿Conoces las energías sostenibles?
El ser humano se enfrenta a numerosos desafíos, aunque ninguno tan fundamental como la misión de regenerar el medioambiente, mejorar y cuidar el planeta Tierra. Entre otros muchos factores, el sector energético tiene un protagonismo activo, lo que justifica la creciente oferta de compañías de energía verde, aquellas que deben activar el freno al cambio climático; estando, en parte, todo supeditado a la energía sostenible.
Empecemos por el principio, especialmente para aquellos que no están puestos en estas materias relacionadas con la energía. ¿Qué entendemos por una fuente de energía sostenible? Este concepto de energía sostenible se sustenta sobre tres pilares, como: la energía debe reponerse de una manera absolutamente natural; la tecnología debe contribuir a obtener una mejora en la eficiencia energética; y la disponibilidad debe ser a un largo plazo. Es decir, las energías sostenibles deben satisfacer las necesidades de energía, pero sin que por ello se ponga en peligro la subsistencia del planeta en el que vivimos.
Realizada esta definición, surge una segunda pregunta: ¿cuáles son los tipos de energía sostenible? En la respuesta debemos incluir un importante listado, empezando por las conocidas energías renovables. A saber: la energía solar; la energía fotovoltaica; la energía termosolar; la energía eólica; la energía geotérmica; la bionergía; o la energía hidroeléctrica, por ejemplo. Estos tipos de energías sostenibles proceden en su mayoría de los recursos naturales, como el sol, el agua, el aire o la misma tierra. En caso de obtenerse esta energía dentro de unos parámetros adecuados, la energía está garantizada y sin poner en riesgo el futuro de nuestro entorno natural. Es cuestión, por otro lado, de apostar definitivamente por este tipo de obtención de energías sostenibles.
Razones de su uso
Las razones para apostar por estos modelos de energía sostenible son bastante diversas, empezando por el actual proceso de calentamiento global en el que se encuentra inmerso el actual planeta Tierra. Esto es un hecho probado científicamente, por lo que se requiere reducir de manera drástica y cuanto antes el impacto negativo de los gases de efecto invernadero. Esto no sólo beneficiaría al medioambiente, sino que también mejoraría la salud de todos nosotros. La contaminación del aire y del agua está causando diferentes problemas de salud que acaban derivando en un aumento de fallecidos. El uso de las energías sostenibles sería una vacuna fabulosa para evitar este tipo de trágicas consecuencias, además de volver a aprovecharse de manera responsable de los recursos naturales que ofrece la naturaleza.
Asimismo, estos tipos de energía sostenibles generan más puestos de trabajo, puesto que, al contrario de las energías de combustibles fósiles, requieren de personal formado que instale y mantenga los sistemas de generación, creando un círculo virtuoso que produce riqueza y beneficios sociales. Bien es cierto que este tipo de energías sostenibles requieren de una inversión importante, pero también es consabido que esta inversión económica suele amortizarse en el medio y corto plazo. De hecho, en la mayoría de tipos de energía sostenibles que hemos enumerado anteriormente, el combustible es gratis, y por tanto los precios son muy estables en el tiempo.