Guía para observar el eclipse de Sol de agosto fuera de Estados Unidos
El próximo 21 de agosto se producirá un eclipse Sol Total visible en Norteamérica, América Central, Parte de Sudamérica y en menor medida en Europa y en África. En esta guía vamos a daros algunas nociones básicas sobre lo qué es un eclipse y cómo observarlo con seguridad.
Podéis leer la guía entera o bien, sólo aquellos puntos que os interesen. Pero recordad, observar un eclipse de Sol no es peligroso siempre que se tomen las medidas de seguridad necesarias. Y nunca hay que mirar directamente al Sol ni con nuestros ojos ni a través de ningún instrumento óptico sin el debido filtro.
Índice
1.- ¿Qué es un eclipse de Sol?
2.- ¿Cómo se produce un eclipse solar?
3.- Diferencia entre magnitud y oscurecimiento en un eclipse de Sol.
4.- Datos relativos al eclipse del 21 de agosto de 2017.
5.- Consejos y métodos para la observación del eclipse. 6.-Eclipses famosos. 7.-Mitos y leyendas de los eclipses.
1.- ¿Qué es un eclipse de Sol?
Por definición, un eclipse solar es el fenómeno que se produce cuando la Luna nueva oculta la luz del Sol al pasar por delante del disco de nuestra estrella.
Dependiendo del porcentaje del disco ocultado, podemos distinguir cuatro tipos de eclipses:
-Parcial: la Luna no cubre por completo el disco solar, lo que causa que nuestro astro tome una apariencia similar a la de una Luna creciente o menguante.
Eclipse parcial fotografiado por Fran Sevilla el 3 de noviembre de 2013
-Total: se produce este tipo de eclipse cuando desde una pequeña área terrestre, la Luna llega a cubrir por completo el disco solar. Fuera de esta franja el eclipse es parcial. El diámetro máximo de la franja no supera los 270 kilómetros y se desplaza en dirección este a unos 3.200 km/h, cubriendo una longitud máxima de unos 15.000 kilómetros. La duración de la fase de la totalidad puede durar entre 2 y 7,5 minutos.
-Anular: ocurre cuando la Luna se encuentra cerca del apogeo y su diámetro angular es menor que el solar, de manera que en la fase máxima permanece visible un anillo del disco del Sol, porque vista desde la Tierra, las dimensiones de la Luna son menores a las solares. Esto ocurre en la banda de anularidad; fuera de ella el eclipse es parcial.
Secuencia del eclipse anular del 3 de octubre de 2005. Crédito: Wikipedia
-Híbrido o mixto: estos eclipses son los más peculiares. Se producen por la combinación de la curvatura terrestre más la distancia adecuada que separa a la Luna de la Tierra. En este tipo de eclipses, en la franja de totalidad podemos ver un eclipse total o uno anular. El eclipse híbrido comienza y termina con la apariencia de un eclipse anular, pero durante un tiempo y para los observadores que estén dentro de la umbra, aparecerá como un eclipse total. Los eclipses híbridos representan alrededor del 5 por ciento de todos los eclipses solares que se producen.
Un eclipse solar se produce cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra, estando los tres cuerpos alineados. A pesar de que una vez al mes los tres coinciden, como la órbita lunar esta inclinada aproximadamente 5°9´ respecto a la de la Tierra, en la mayor parte de sus fases, la Luna no queda alineada exactamente con respecto al Sol y la Tierra, por lo que el cono de sombra que proyecta la Luna pasa por encima o por debajo de la Tierra. De no darse esta circunstancia, cada Luna Nueva, se produciría un eclipse de Sol.
La condición para que se produzca un eclipse es que el Sol se localice cerca de alguno de los nodos de la órbita lunar. Un nodo es el punto en el cual la Luna cruza la eclíptica. La eclíptica es la línea recorrida por el Sol a lo largo de un año respecto del «fondo inmóvil» de las estrellas.
Se denomina nodo ascendente cuando la Luna la cruza de Sur a Norte, y descendente si la cruza de Norte a Sur. La Luna tarda unos 28 días cumplir todo un ciclo moviéndose en el cielo de Oeste a Este. Estos nodos, a su vez varían de posición. No se mantienen fijos en un punto de la eclíptica sino que rotan con un periodo de algo más de 18 años. Pero no voy a introducirme en estos movimientos porque dada su complejidad requerirían una entrada propia en el blog. Pero hay que destacar que sólo comprendiendo estos complejos movimientos se pueden predecir los eclipses, tanto lunares como solares.
Por una coincidencia de la naturaleza el diámetro aparente de la Luna (medio grado) es sensiblemente similar al diámetro aparente del Sol. Evidentemente el Sol es mucho más grande que la Luna, pero también está mucho más lejos.
Luna en perigeo (izquierda) y apogeo (derecha).
Cuando la Luna esta en su perigeo (el punto más cercano de su órbita ) los diámetros aparentes son prácticamente iguales, por lo que la Luna oculta completamente al Sol produciéndose un eclipse total. Por el contrario, cuando la Luna se encuentra en su apogeo (el punto más lejano) o cerca de él, su tamaño angular es más pequeño que el del Sol y no cubre por completo el disco solar produciéndose un eclipse anular. Si la Luna sólo cubre parte del disco solar se produce un eclipse parcial.
Pero a la hora de calcular la superficie solar no cubierta por la Luna, también hay que tener en cuenta que el Sol no siempre está a la misma distancia de nuestro planeta. Cuando la Tierra se encuentra en el perihelio, está situada en su punto más cercano al Sol, y si se encuentra en el afelio, estará en el punto más lejano del Sol en su órbita elíptica alrededor de la estrella.
Sin embargo, la Luna se está alejando lentamente de la Tierra, alrededor de 4 centímetros por año. Como resultado, los eclipses solares totales dejarán de existir en un futuro muy lejano, porque el tamaño aparente de la Luna en el cielo de la Tierra será demasiado pequeño para cubrir completamente el disco del Sol.
Con el tiempo, el número y la frecuencia de los eclipses solares totales disminuirá, y aproximadamente dentro 600 millones de años a partir de ahora, la Tierra experimentará la belleza y el drama de un eclipse solar total por última vez». Si queréis leer más sobre el final de los eclipses totales, consultad este enlace.
3.-Diferencia entre magnitud y oscurecimiento en un eclipse de Sol.
La magnitud de un eclipse solar es la fracción del diámetro solar ocultado por la Luna, mientras que el oscurecimiento se refiere a la fracción de la superficie solar que queda oculta. Son cantidades completamente distintas. La magnitud puede darse en forma decimal o como un porcentaje: hablaremos indistintamente de una magnitud 0,2 o del 20%, por ejemplo.
Si el eclipse es total se considera el cociente entre los diámetros angulares lunar y solar. En el momento de la totalidad este cociente valdrá 1,0 o más, en el caso de una Luna nueva muy próxima al perigeo.
Por otra parte, no puede darse una correspondencia única entre magnitud y oscurecimiento porque debido a la variable distancia Tierra-Luna varía asimismo el diámetro angular de ésta y a eclipses de igual magnitud no les corresponde siempre un mismo oscurecimiento. Esto se representa -de forma muy exagerada- en la figura de la derecha: tanto en A como en B la magnitud es de 0,5 -oculta la mitad del diámetro solar-, pero el oscurecimiento -fracción de superficie solar tras la Luna- es mayor en A que en B.
4.- Datos relativos al eclipse del 21 de agosto de 2017.
Los datos de observación se recogen en la siguiente tabla elaborada por la NASA:
Así no os volveréis locos a la hora de buscar en diferentes webs los horarios de vuestra localidad. Por ejemplo, en la ilustración inferior tenéis los datos relativos a la ciudad de Valladolid (España).
También hay otras webs que podéis consultar como vercalendario.info. A continuación os pongo el enlace de esta web con los datos de diferentes países:
En la imagen superior puede apreciarse cómo el eclipse de Sol será parcial en Portugal y gran parte de la Península durante la puesta de Sol, es decir, sólo veremos el eclipse durante unos pocos minutos. Los habitantes del este de la Península así como los vecinos de las Baleares no podrán ver el evento.
Muchas personas me han dicho que no merece la pena ver el eclipse en estas condiciones, pero yo no estoy para nada de acuerdo. Y os lo voy a ilustrar con una imagen.
Crédito: Fran Sevilla.
La imagen superior pertenece al eclipse del 3 de noviembre de 2013, en el que el disco solar se ocultaba solamente un 0,6%. Fueron muchos los que nos dijeron que estábamos locos por intentarlo, pero aquí tenéis el resultado: el «mordisco de la Luna se pudo apreciar perfectamente». En el vídeo inferior, realizado con un simple Solarscope (más abajo explico qué es este instrumento) podéis ver el paso de las nubes.
Sin embargo, en esta ocasión, la proporción de disco solar ocultada es:
Las Islas Canarias se llevan la mejor parte, pero en la Península también podremos observarlo. Eso sí, debemos hacerlo desde un lugar alto con el horizonte despejado porque el Sol se encontrará muy bajo en el momento en el que ocurra el eclipse. Más aún, en la mayor parte de las localidades el máximo del eclipse tendrá lugar en la puesta de Sol. Más información en: https://www.saros.org/eclipse-solar-21-08-2017/
Sobre los horarios exactos para cada localidad, me remito al primer enlace de este apartado:
5.- Consejos y métodos para la observación del eclipse.
Nunca me cansaré de decirlo: ¡¡¡ no se debe mirar al Sol directamente sin los filtros adecuados!!!
Muchas personas observan estos fenómenos sin la protección adecuada poniendo en peligro su salud ocular. No sirven ni las gafas de Sol, ni los cristales ahumados, ni las radiografías o cualquier otro sistema que no cuente con la homologación adecuada. Si tenéis la oportunidad, lo más recomendable es que os acerquéis hasta las diferentes observaciones programadas que se celebrarán en diversos puntos de la geografía. Y si observáis el eclipse por vuestra cuenta, tomad las precauciones pertinentes.
Otro punto a tener en cuenta es la altura del Sol. Siempre es mejor que busquéis un horizonte despejado para que ni edificios, árboles o montañas puedan entorpecer la observación del eclipse. Los días previos al mismo podéis evaluar la mejor localización para contemplarlo.
Quienes poseen instrumentos de observación específicos para observar estos fenómenos no requieren de mis consejos, así que en este apartado lo que voy a ofrecer son métodos alternativos para la observación del eclipse para aquellos que no sepáis cómo hacerlo de una forma segura.
1.- Gafas de eclipse.
En el mercado se venden gafas específicas para observar eclipses solares. Si las compráis (a mí me costaron 3 euros) aseguraros de que sean homologadas y en un comercio de confianza. Son muy fáciles de utilizar. No es recomendable mirar al Sol con ellas durante más de tres minutosseguidos. Y si son muy viejas, es mejor comprar unas nuevas, ya que con el tiempo el filtro pierde calidad. No se deben emplear estas gafas para mirar con ellas a través de instrumentos ópticos. Sólo deben usarse para mirar directamente al Sol.
2.-Cámara oscura.
Nosotros mismos podemos fabricar una cámara oscura. Para ello necesitamos un tubo de cartón y ponemos en la parte de delante una cartulina negra (bien cubierta la cavidad) y hacemos un pequeño agujero (del tamaño de un alfiler grueso o de la punta de un bolígrafo). Actúa como una cámara oscura. Es decir, si situamos en el extremo opuesto un papel vegetal o un papel de seda, veremos cómo se proyecta la imagen. Para observar mejor la imagen y no dañarnos la visión, conviene hacer del lado de atrás, en un lateral del tubo, una abertura que permita quedar de espaldas al Sol en todo momento, manteniendo la línea de visión hacia el interior de la pantalla de proyección.
Afortunadamente podemos fabricar una cámara oscura con una simple caja de zapatos. ¿Quieres saber cómo? En el siguiente vídeo te lo cuentan.
También puedes hacerlo con una caja de cereales:
3.- Método de proyección.
Este es el método que yo suelo emplear ya que tengo instrumentos ópticos para hacerlo. Se hace pasar la luz del Sol a través del telescopio y se proyecta sobre una superficie lisa. Es recomendable utilizar oculares de menor aumento, ya que producen imágenes más grandes y generan menos calor, protegiendo así el instrumento. Como superficie lisa puede utilizarse una pared o una cartulina. Probaremos a colocar telescopio-pantalla a diferentes distancias hasta que veamos una imagen nítida del Sol. Además, si ese día tenemos manchas solares, con este método también podremos verlas.
El método de proyección también puede realizarse con prismáticos. Se tapa una de las lentes de los binoculares y se hace pasar la luz a través de la lente abierta. Enfocamos bien, y tendremos una bonita imagen del disco solar.
En este vídeo de YouTube explican cómo observarlos mediante el uso de unos prismáticos.
Yo empleé este método para observar el eclipse solar del 4 de enero de 2011. Las condiciones meterológicas fueron muy malas , pero aún así pude hacer unas sencillas fotografías.
Fotografía del folio empleado para proyectar el Sol. Las nubes estuvieron presentes en todo el evento. Crédito: Verónica Casanova.
4.-Instrumentos específicos.
Existen telescopios exclusivos para la observación solar, como los coronados. Pero como he indicado antes, sólo vamos a tratar aquellos instrumentos que pueda manejar un observador con poca experiencia, o ninguna, en la observación solar.
Aquí nuestra recomendación es un sencillo Solarscope, que cuesta unos 50 euros. El Solarscope es un telescopio solar destinado especialmente a actividades educativas. El telescopio proyecta la imagen del Sol y nos permite ver las manchas solares indirectamente, de forma que no representa ningún riesgo para la salud. Con el Solarscope se pueden observar manchas solares, tránsitos de Venus y Mercurio (muy escasos) y eclipses solares. A continuación tenéis una fotografía tomada por mí misma del eclipse de Sol del pasado 3 de noviembre de 2013 con un Solarscope.
5.- Un espejo proyector.
Otro sistema seguro consiste en proyectar sobre una pared o el techo la imagen del Sol obtenida con un espejo plano de mano cubierto con un papel al que se ha recortado un agujero de entre 5 y 10 milímetros de diámetro.
Normalmente los rayos del Sol producen una proyección del disco solar al pasar a través de las hojas de los árboles. Cuando ocurre un eclipse se puede observar cómo los discos en la sombra de los árboles «menguan» reflejando los cambios en el disco solar.
7.- Espumadera «solar».
Después existen otras curiosas formas de ver el eclipse. Una de mis favoritas es la espumadera «solar». Sobre todo porque cuando explicas a la gente que por ahí vas a ver un eclipse se les abren los ojos a más no poder. ¿Comparar una espumadera con un telescopio? ¡Claro que no! Pero todo el mundo tiene una espumadera y pocos tenemos un telescopio. Así, que para ver el eclipse con ella, sólo tenéis que dejar pasar la luz del Sol. Y mejor si lo hacéis sobre una superficie lisa y clara.
8.- Otros métodos divertidos.
Basándonos en la espumadera, podemos observar el Sol con otro tipo de instrumentos caseros elaborados por nosotros mismos. Por ejemplo, en la imagen inferior vemos a un aficionado que ha realizado una serie de pequeños agujeros en un cartón con la forma de Australia. Deja pasar la luz a través de él, al igual que hacemos con la espumadera, y tiene una Australia dibujada por eclipses. ¿Y si me construyo una cartulina de este tipo?
¡Mirad a estos niños qué método más ingenioso están empleando!
Pero, ¿y si no tenemos nada a mano para observar el eclipse? Pues usamos nuestras propias manos. Las entrelazamos y dejamos pasar sólo una pequeña parte de luz.
6.-Eclipses famosos.
Muchas culturas vinculaban los eclipses solares a fieras que devoraban el Sol. Por ejemplo, los vikingos creían que los lobos peleaban entre sí para adueñarse del Sol. En Vietnam, por el contrario, se pensaba que un sapo se comía tanto al Sol como a la Luna en ambos tipos de eclipses. Y los incas creían que era un puma el que atacaba al Sol.
Hasta nuestros días han llegado las historias de algunos eclipses famosos.
Cuenta la leyenda que en el año 2137 a.C los astrónomos Hsi y Ho se emborracharon y no predijeron el eclipse del 22 de octubre de aquel año. Por esta razón, no se realizaron las ceremonias y sobrevino el “terror”; la orden fue decapitar a ambos.
El 28 de mayo del año 585 a.C, se produjo un eclipse que terminó con una guerra que había durado seis años. El eclipse ocurrió en medio de una batalla entre dos bandos. Medos y lidios se enfrentaban en batalla cuando a plena luz del día de repente cayó sobre ellos la oscuridad de la noche. Este fenómeno fue percibido como una advertencia divina, por lo que los líderes de ambos frentes se reunieron con la finalidad de firmar la paz. El tratado fue sellado con la entrega en matrimonio de Arienis, hija de Aliates (rey asirio), a Astiages, hijo de Ciáxares, que más tarde sería el último rey medo.
El 5 de mayo de año 840 d.C, Louis de Baviera, hijo de Carlomagno y líder de un vasto imperio europeo, murió supuestamente de miedo durante un eclipse. Sus tres hijos lucharon inmediatamente por la sucesión, y como resultado, el Imperio se dividió en lo que hoy es Francia, Alemania e Italia.
En 1503 Cristóbal Colón llegó a Jamaica, donde los indios del territorio se negaron a darle comida. Colón preparó un encuentro con los nativos el 29 de febrero de 1504, día en el que el calendario de Johanes Muller preveía un eclipse y les amenazó con que la Luna enrojecería de ira si no les prestaban su ayuda. Y así ocurrió, todo se oscureció. Los indios pensaron que aquel fenómeno era un castigo por no haber sido lo suficientemente hospitalarios con los visitantes, y por esta razón, les ofrecieron desde entonces todo lo que pudieron.
El 21 de agosto de 1560 en Francia se predijo un eclipse que creó una ola general de pánico. Los creyentes decidieron ir a la iglesia para confesarse y expiar todos los pecados cometidos. Fue tanta la afluencia de gente que se produjeron altercados para alcanzar los primeros lugares. Para evitar los disturbios, el capellán anunció lo siguiente: se ha tomado la decisión de posponer el eclipse dos semanas.
Hacia el año 1600, los indios norteamericanos Chippewa pensaron que la llama del Sol se estaba apagando, cuando realmente estaban presenciando un eclipse. Entonces encendieron sus flechas y las tiraron al cielo en un intento para reanimar al Sol.
7.-Mitos y leyendas de los eclipses.
A nuestros antepasados los eclipses les debían de resultar un fenómeno bastante desconcertante. Durante el día se hace de noche, reina el silencio, los animales cambian su comportamiento, etc… Los antiguos astrónomos mesopotámicos fueron los primeros en darse cuenta de la periodicidad de esta oscuridad repentina, aunque las primeras predicciones de eclipses las realizó el griego Tales de Mileto en el año 585 a.C. Los cálculos precisos no se consiguieron hasta los siglos XVII y XVIII. La ciencia avanzaba, pero las supersticiones sobrevivían. No hay que ir muy lejos en el tiempo para percatarnos de ello. Charles de Fontbrune, el principal intérprete de Nostradamus, vaticinó el principio del fin del mundo por causa del eclipse solar de 1999 y el mismo acontecimiento sirvió a Paco Rabanne para profetizar la caída de la estación espacial Mir sobre París. Y aunque ambos realizaron el mayor ridículo de sus vidas, el pánico cundió en la población, en especial en la India donde las autoridades tuvieron que tomar medidas ante el pánico de la población.
a) Efectos sobre las mujeres embarazadas. Y hoy en día, a pesar de que está científicamente demostrado que los eclipses no tienen ningún tipo de influencia ni sobre las personas en particular ni sobre nuestro planeta, se siguen escuchando mitos como la no conveniencia de que las mujeres embarazadas miren un eclipse ya que el feto podría dañarse. Según se ha transmitido de generación en generación, si una mujer embarazada observaba un eclipse de Luna, el bebé nacería con una deformación. Si lo que observaba era un eclipse solar, el bebé podría nacer ciego. Evidentemente, ninguna de estas leyendas es real y lo único que pueden llegar a generar es miedo en las embarazadas y que estas mujeres pierdan la oportunidad de observar un bonito fenómeno.
b) Trastornos en la conducta humana. En cierta web que no citaré sobre astrología se asegura que los eclipses solares causan varios problemas sobre la salud basándose en que la interrupción del flujo solar por parte de la Luna impide que lleguen a nosotros las radiaciones procedentes del Sol. Dicha web nombra a estos trastornos como mareas biológicas que provocan problemas digestivos, irritabilidad, disminución del rendimiento intelectual o paranoia. Queridos lectores, si esto fuese cierto, no ganaríamos para abastecernos de antiácidos para tomar al ocaso cada día.
c) Aumento del número de terremotos. En el capítulo anterior ya hemos visto que ninguna alineación tiene poder como para alterar la geofísica terrestre.
d) Tanto los eclipses de Sol como los de Luna suponen extraordinarios portales que nos pueden conducir a otra dimensión. Esta afirmación procedente de otra web tampoco tiene desperdicio. El problema es que es su forma de explicar la desaparición de las personas. En mi opinión, no se debería jugar con los sentimientos de las personas ya que la desaparición de un ser querido es motivo de dolor y angustia, que debe ser investigado por las autoridades competentes.
e) Días de oscuridad. El 20 de marzo de 2015 se produjo un eclipse solar visible desde Europa. Algunas webs alertaban de que el continente se quedaría sin electricidad como consecuencia del fenómeno. Otras indicaban que los paneles solares sufrirían una «prueba de estrés» para las que tal vez no estuviesen preparadas. Este argumento es completamente falso si aplicamos un poco el sentido común. Lo que tratan de decir con esta teoría es que si de repente, el Sol se oculta, para aparecer de nuevo, todo el sistema eléctrico relativo a la energía solar renovable, podría caer. ¿Y qué ocurre con las nubes que continuamente ocultan el Sol? ¿Y qué ocurre cuando amanece y anochece?
En resumen: el único peligro de los eclipses es la contemplación del Sol sin la debida seguridad.